El Príncipe y el mendigo : 14

17/03/2011 4.956 Palabras

El Príncipe y el mendigoCapítulo XIV¡El rey ha muerto! ¡Viva el rey! de Mark Twain Al romper el alba aquella misma mañana, Tom Canty se estremeció al salir de un profundo sueño y abrió los ojos en la oscuridad. Permaneció en silencio unos instantes, tratando de analizar sus confusos pensamientos e impresiones, y de ponerlos en orden; de pronto estalló con voz arrebatada, pero sofocada: –Lo veo claro, lo veo claro. Loado sea Dios, que por fin estoy despierto. ¡Ven, alegría! ¡Huye, pesar! ¡Hola, Nan! ,¡Bet! Sacudid la paja y venid a mi lado para que haga penetrar en vuestros incrédulos oídos el sueño más insólito que han evocado jamás los espíritus de la noche para dejar pasmada el alma de un hombre. ¡Hola, Nan! ¡Digo! ¡Bet! Una vaga forma apareció a su lado y una voz le dijo: –¿Te dignas darme tus órdenes? –¡Mis órdenes! ¡Ah, Dios mío! Conozco tu voz. Habla. ¿Quién soy yo? –¿Tú? A fe mía que anoche eras el Príncipe de Gales; hoy eres...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info