XIII. El último Insulto

10/09/2009 2.159 Palabras

Introducción ESTE turbión español, muy discutido en su tierra entonces y casi ignorado en el resto del mundo, incluido en Francia, tan sensible a las glorias artísticas, vivió hasta su último ochenta y dos año visceralmente entregado a su vocación con una paciencia de artesano. Todavía en 1825, como vemos en la carta que escribe a don Joaquín Ferrer, se considera con fuerzas para superarse a sí mismo en los Caprichos. Difícil empeño, pues ya trabajaba con lupa y pulso temblón. Sin embargo, en 1827 todavía realiza el gran retrato de su amigo don Juan Muguiro, y posteriormente los del doctor del Río y el de don Pío Molina, en el que le sorprendió la muerte. También graba en piedras litográficas con la nueva técnica inventada por Senefeider. ¿No es prodigioso en un hombre senil tanta curiosidad e interés?

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info